Una nueva mirada a la felicidad y 4 afirmaciones para crear un hogar feliz

Estoy segura de que todos podemos decir honestamente que estamos sinceramente felices y agradecidos por nuestros hijos. Cuando miramos hacia atrás en nuestras vidas con ellos, recordamos todos las primeras veces con tanta alegría. Sé que esto es cierto para mí. A pesar de que todos mis cinco hijos son adolescentes y adultos jóvenes ahora, todavía puedo recordar la primera vez que descubrí que estaba embarazada, la primera vez que los tuve en mis brazos, la primera vez que comenzaron a gatear, su primer día en el preescolar, sus graduaciones de escuela secundaria, llevarlos a la universidad, etc. Esos momentos fueron indescriptiblemente maravillosos.

Entonces, ¿por qué es tan difícil encontrar esos mismos buenos sentimientos en el día a día? ¿Por qué no podemos permanecer en ese lugar de gratitud y alegría abrumadoras entre los hijos? Una de las razones principales es que asociamos la felicidad con las cosas que van en nuestro camino o con el logro. Si se cumplen ciertas condiciones externas (como que nuestros hijos se comporten o logren algo), estamos contentos. Si no lo son, nos enojamos o nos decepcionamos. Nuestra felicidad es el efecto de circunstancias externas más que una causa de ellas.

Hay una forma segura y fácil de aprovechar la felicidad que no tiene nada que ver con lo externo.

Para darte una idea de lo que estoy hablando, te invito a que te tomes un minuto y te afines. Cierra los ojos e ignora todos los pensamientos. Sonríe! Al dar la bienvenida a un espacio de relajación y permiso, emergerá una energía pacífica y alegre que naturalmente reside en ti.

Parece demasiado simple para ser verdad o puede que no lo sientas al principio, pero no te des por vencido. Con un poco de práctica, lo encontrarás, porque es parte de lo que eres en la esencia de tu ser.

Si te sintonizas con esta conciencia antes de hablar con tus hijos y antes de actuar o reaccionar, entonces se convierte en la causa de lo que sucede a continuación, en lugar de lo contrario. Como ya está "allí", no necesitas ningún otro elemento externo para satisfacerlo. Y no se trata de "fingir hasta que suceda".

Existe una energía muy real dentro de cada ser humano y siempre está disponible. Cuando nos conectamos a ella en primer lugar, lo que sigue es un extra, la cereza en el pastel. Lo que queda es apreciar todo lo bueno que se muestra en nuestra experiencia. He encontrado que esto es especialmente poderoso al tratar con mis hijos. Cuando me levanto por la mañana con la decisión consciente de ser feliz y agradecida, no estoy esperando que hagan algo para llevarme a ese estado. Como resultado, naturalmente están más relajados, porque no sienten esta necesidad subyacente de hacer o actuar para agradar.

La energía que sostengo es: "Te estoy agradecido solo porque lo eres", y ellos la sienten. (¡Los niños son muy intuitivos y sensibles!) Este simple cambio solo realmente ha llevado nuestras relaciones a un nivel completamente diferente.

Ser feliz es verdaderamente uno de los mejores regalos que podemos impartir a nuestros hijos. Cuando nuestros hijos ven alegría en nuestros rostros, se sienten seguros, amados, menos ansiosos, y la vida es manejable. Cuando nos sentimos fuertes, esperanzados y conectados, nuestros hijos pueden tener la fuerza y ​​la energía positiva que necesitan para lidiar con la vida. ¿Significa que todos nuestros desafíos, preocupaciones y temores desaparecerán? Por supuesto que no. Pero he descubierto que cuando hago esta conexión interna de manera constante, mi vida y mi experiencia como padre es mucho más rica y satisfactoria.

Para capturar el poder de la felicidad todos los días, regresa a las siguientes 4 afirmaciones para crear un hogar alegre y lleno de luz:

1 - Mi felicidad viene de adentro. En mi esencia, soy feliz, alegre y libre ... incluso si mis circunstancias me hacen sentir de otra manera.

2 - La felicidad es la causa, no el efecto. Mi felicidad interna es la causa de que las cosas que aparecen en mi vida me hagan feliz y no lo contrario.

3 - La felicidad es una de las herramientas más poderosas en mi caja de herramientas. Puedo usarlo en cualquier momento, solo viendo dentro de mí.

4 - Mi conexión interna crea la base para un hogar feliz.